El proyecto del mural responde a una propuesta de realizar un recubrimiento cerámico para el muro contenedor del ascensor y que acompaña a una escalera de caracol volada. El mural debía desarrollarse a lo largo de cuatro plantas por lo que se opta por una lectura ascendente coincidiendo con cada uno de los niveles: nacería en las profundidades del mar, se desarrollaría el amanecer del día con la paleta cromática y signos aéreos de Mompó, la paloma de Picasso daría paso al luminismo del mediodía, mientras que la estrella y la mágica luna de Miró iluminarían la noche.
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