Debido a su uso, unos de los criterios de diseño principales era disponer de la iluminación natural en todos sus espacios, alcanzando también objetivos de sostenibilidad al minimizar los consumos energéticos. Con tal de evitar la incidencia de la luz directa, se dispone de un filtro lumínico recomendado para la lectura mediante una cortina cerámica única, innovadora y al mismo tiempo arraigada en la tradición de las continas de eslabones de madera que existen en tantos pueblos y ciudades mediterráneos proponiendo agradables filtros al sol y espacios intermedios de gran calidad térmica y lumínica. Esta cortina está realizada con varillas de acero pretensado recubiertas con canutillos cerámicos a partir de una pieza de cerámica extrudida, vitrificada y de pasta blanca, de 95 cm de largo, 5,2 cm de diámetro y 1 cm de espesor. Este sistema crea un espacio intermedio, que además de proporcionar un control visual al edificio, garantiza unas condiciones térmicas por las sombras y ventilaciones que se generan.