Se trata del primer mural cerámico instalado en un edificio de la provincia de Castellón y forma parte del Museo al Aire Libre de la ciudad. Orientado hacia el este, destaca por su tamaño, alcanzando unas medidas de 21 metros de altura por 6 metros de anchura, y refleja la clara voluntad de la propiedad al querer utilizar la cerámica en la mayoría de superficies, no sólo revestimientos de cocinas, balos y pavimentos interiores, sino sacándola al exterior como en la celosía de barro cocido o en el mural artístico.
Está formado por pequeñas piezas cerámicas, un total de 5.567 azulejos. En el mural se representan escenas que aluden a la cerámica y la alfarería como iconos del progreso industrial y cultural de la provincia, y guiño claro a la propiedad del edificio, la familia Diago como referente en el sector cerámico, ensalzando valores del esfuerzo tanto del individuo como de la familia que mediante el estudio y el trabajo se pueden alcanzar cimas tan altas como las cercanas al sol, presente en la parte alta del mural.
A consecuencia del desprendimiento de unas partes y algunas piezas sueltas, en 1999 se llevó a cabo su restauración, con el consiguiente estudio cromático, reposición de piezas y preparación del soporte.
Ficha