Un antiguo huerto y el espacio urbano degradado adyacente se convierten en una plaza. Se persigue la puesta en valor tanto del paisaje agrario circundante como del paisaje urbano del cercano casco histórico. Con la peatonalización del final de la Avenida del Río y la demolición del muro perimetral del huerto se consigue reunificar el espacio, organizándose mediante zonas diferenciadas y dos elementos arquitectónicos singulares.
El pavimento porcelánico antideslizante de 20mm de espesor se concentra en la franja central de la nueva plaza. El hito arquitectónico principal es un pabellón que enmarca el entorno que se reviste con gres porcelánico gran formato de hasta 3,20m de altura. Otro elemento monolítico también revestido de gran formato marca el acceso a Almassora con el nombre de la localidad y acoge un reloj de sol. La impresión digital del mismo garantiza la precisión necesaria.
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