Este edificio fue creado en 2011 como un contenedor diáfano con una fachada ventilada doble con cerámica al exterior y al interior. Con el tiempo, ha ido recibiendo usos sin cambiar su apariencia estética tan colorista que lo convierten un icono dentro del campus de la Universitat Jaume I. Su fachada está compuesta por piezas de formato estándar, realizando la composición de los huecos la ausencia de las mismas piezas. Se combinan 6 colores básicos mezclados aleatoriamente.
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